viernes, 28 de febrero de 2014

UN CHEQUE A TU NOMBRE


Un hombre trabajó durante un tiempo en la construcción de un lujoso edificio. Pronto su trabajo fue recompensado con muy buena paga la que recibió por medio de un cheque de la compañía constructora.

La suma era tan alta que el hombre sintió temor de ir al banco para hacerlo efectivo. Además se decía a sí mismo: mi ropa, mis zapatos, están sucios. Mi apariencia no es como la de la gente que suele ir a un banco. 
Así como este hombre hay muchas personas incapaces de hacer efectivo el cheque de la bendición de Dios. Y se pierden de todo lo que Dios quiere darles. Recuerda: lo importante no es quién lleva el cheque al banco, lo importante es quién lo firmó: Y tu cheque tiene la firma de Jesús.

No tienes porque vivir en depresión, en angustia, en soledad, pon tu confianza en Jesús. Sea cual sea la circunstancia entrega el control a Jesús. Su firma está por encima de cualquier deuda, enfermedad, dolor, o problema.

Este cheque es exclusivo para los y las hijas de Dios. Para ser su hijo (a) debes arrepentirte de tu pecado, entregar tu corazón a Jesús y tener una relación íntima con Él. Y Él emitirá un cheque con todo tipo de bendición a tu nombre.