domingo, 12 de febrero de 2012

¿CONOCES TU ADN ESPIRITUAL?



"Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio."
1 Corintios 4:15

Desde hace un tiempo me interesé por estudiar sobre la paternidad espiritual, y en esa búsqueda recibí tremenda revelación y quiero compartirla.

Descubrí que la unión entre el padre espiritual y su hijo (a) no es algo que se dé por casualidad: es una relación hecha por Dios. En mi caso, puedo decir en un 100 por ciento que Dios me envío a quien Él quería que fuera mi padre espiritual.
Los padres espirituales son la extensión de la paternidad de Dios, así como en la iglesia hay pastores que son extensión de nuestro único pastor Jesús.

Es por esto que cada persona necesita un padre espiritual que tenga algo que entregarle, uno que tenga un nivel espiritual alto, uno que tenga el mismo propósito. Y algo más emocionante aún: necesitas un padre espiritual porque por medio de la paternidad puedes recibir herencia.

Pero la paternidad no tiene que ver con pertenecer a una denominación o a una asociación de iglesias, nada de eso. Es triste ver iglesias institucionalizadas y burocráticas que no han tomado en cuenta la paternidad como una necesidad básica. La paternidad tiene que ver con cercanía e intimidad, el padre espiritual es el que busca la madurez espiritual de su hijo (a). En la Biblia podemos ver un caso claro de padre e hijo espiritual: Pablo y Timoteo. 

"Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias." 1 Corintios 4:17

Todos necesitamos que alguien nos tome de la mano y nos lleve a nuestro destino. Para lograr este propósito Dios utiliza hombres.   
Ningún ministerio puede ser exitoso sino tiene un padre espiritual que le guíe, discipline y que le entregue su ADN.