EN CONTRAVÍA

Para vivir hay que morir, para recibir tienes que dar y para parecerte más a Dios tienes que dedicarte a servir. Estas son las reglas de oro para tener éxito en el mundo espiritual. Son totalmente opuestas a las leyes humanas, lo que confirma que las cosas del mundo espiritual no se pueden entender desde el mundo natural.

Cada persona en este mundo busca su éxito, su comodidad, su placer y en cambio Dios, nos demanda a entregar nuestra vida, tiempo, y esfuerzo en sacrificio. Y si es que queremos seguir el camino de Jesús, tenemos que entregarle lo más valioso que tengamos. Así como María derramó aquel valioso perfume sobre los pies del Maestro, tú también tienes que derramar tu tiempo, tu esfuerzo, sobre el cuerpo de Cristo.  

El cuerpo de Cristo es la iglesia, las personas que no aún no le conocen y que van por el mundo sin el Padre Celestial. Hoy también es posible derramar una olorosa fragancia a los pies de Jesús, solo tienes que decidir hacerlo!

NO CIERRES TUS OJOS

 La niña del ojo es una parte muy sensible del cuerpo humano. Es el pequeño círculo que ves en el iris de tu ojo. En ese lugar, cuando te ves al espejo hay un pequeño reflejo tuyo.

Dios, en su palabra, hace una metáfora en la que dice que somos la niña de sus ojos. Estas palabras revelan el lado protector de Dios con sus hijos e hijas. Mientras analizo esta metáfora, me doy cuenta que somos lo que Él más cuida, lo que más le duele, su lado sensible. ¡Qué hermoso entrar al corazón de Dios y explorar su lado protector!

El padre celestial quiere que vivas bajo su protección y por eso te invita a vivir bajo sus alas, donde puedes vivir  seguro y bajo Su autoridad.

Muchos buscan refugio a su temor, inseguridad o soledad en cosas equivocados como el alcohol, la pornografía, el trabajo, o las compras. Pero esos solo son sustitutos que destruyen la vida. La única forma de caminar con seguridad por este mundo es tomado de la mano del Padre.

Este blog, inspirado por el Espíritu Santo, es un llamado de Dios a todos aquellos que se sienten inseguros, en la cuerda floja, sin refugio, sin tener a quién acudir. Hoy tu padre Celestial quiere protegerte. Como tu proteges la niña de tus ojos. No cierres tu corazón, ni tus ojos a Él: entrégale tu vida.