Lanzarse
al vacío a una altura de más de 100 metros es una experiencia extrema. Y así
como saltar de un bungee jumping, es vivir por fe. En lo
espiritual no necesitas un arnés que impida tu caída, necesitas a alguien muy
poderoso que te tome de la mano:El espíritu Santo.
Emocionante,
reconfortante, extraordinario, sobrenatural todas estas palabras describen la
aventura de vivir con Jesús. Prepara tu maleta
para emprender el viaje de tu vida: solo necesita llevar una cosa: fe.
Con la fe
te aseguras de recibir la garantía y regalos durante tu viaje. Este viaje tiene
un propósito un objetivo, y aunque no sabes que lugares tendrás que atravesar
antes de llegar a la meta puedes estar confiado que nunca estarás solo: El
mejor compañero, el espíritu del Padre va contigo.
No
necesitas visa solo la identificación como hijo o hija de Dios que
has sido lavado con su sagre y que tienes el ADN del padre. ¿Precio? El precio
ya fue pagado. Estás a una oración de viaje hazla con todo tu corazón:
Padre, yo me arrepiento de mis
pecados, te pido perdón porque me he alejado de ti. Reconozco que tu eres mi
Señor y Salvador. Rompo toda relación
con el mundo y el infierno. Y me decido por ti.
Quiero vivir la aventura de mi vida
contigo. Ahora soy tu hijo (a). Gracias Padre. Amén.