Hay un gran
número de personas en el mundo que están midiendo su éxito por lo que han
logrado otros. Esta comparación, provocada por los celos y la envidia no solo ocurre en el
mundo profesional o familiar sino también en la iglesia.
Creyentes,
líderes, pastores y hasta iglesias completas viven pendientes de imitar lo que hacen otros para atraer más gente o lograr mayor éxito. Esto por desconocer su visión y misión.
Dios
ha dado un propósito y una misión a todo creyente.
La misión
es igual para todos y está en Marcos
16:15
Vayan por todo el mundo
y anuncien las buenas nuevas a toda criatura.
Pero la
visión es individual, es para cada iglesia. Dios no se tomó a la ligera tu
creación, Él te planeó para un propósito para que formarás parte de un grupo que
cumpliera una visión.
Si hoy en
día los creyentes y sobre todos los líderes tuvieran clara su visión se acabarían
los celos y la envidia. Porque no existiría competencia. ¿Cómo competir si cada
uno tiene una tarea diferente que hacer? Hemos sido llamados a hacer algo
especifico y necesario para extender el Reino de Dios.
Si tú no
cumples tu visión, nadie más lo podrá hacer.
Busca tu
visión, tu propósito y no pierdas el tiempo comparándote o imitando a otros que
en realidad no son tu competencia porque no han sido llamados a hacer tu
trabajo.