Acérquense a Dios y Él se acercará a ustedes.
Santiago 4:8 (NVI)
Hace algunos días leí que todos los seres humanos experimentan soledad, aún cuando están rodeados de muchas personas e incluso de personas que les aman. Esto es porque existe un vacío en nuestro interior que sólo puede llenar Jesús. Fuimos creados para vivir con Él y para Él. Cuando Él llega a tu vida, le da un giro a todo lo que haces y crees.
Sé que algunos
pueden pensar que es aburrido vivir la vida con Jesús, como pensaba yo años atrás,
y que esta vida se resume a una larga lista de prohibiciones.
Sí eres
de los que piensan así quiero decirte que estás equivocado (a). La vida con
Jesús es supremamente emocionante. Experimentar su presencia, su amor, su poder
y sus actos asombrosos. Esto ni siquiera se puede comparar con las emociones pasajeras
que te pueden provocar el alcohol, los deportes extremos, conducir a toda
velocidad en tu carro, el sexo o las drogas.
Si estás
cansado (a) de la vida que tienes ahora, es momento de que te arrepientas de
tus pecados y que entregues tu vida a Jesús.
A partir de esta decisión tu vida
cambiará, nunca volverás a ser el mismo (a) y mejor aún, nunca estarás solo (a): El
Espíritu Santo está aquí, para ser tu amigo, tu ayudador. Existe una única
forma de acabar con el vacío y la soledad que muchas veces te agobia: Jesús.
Amen, solamente nuestro amado Padre Celestial puede llenar ese vacío ningún amigo o amiga, novio o novia por mucho que te ame llenará ese vacío incluso ni tus padres lo podrán llenar. La vida con Dios es mas emocionante que unas cuantas cervezas, es mil veces mejor embriagarte del Espíritu Santo; Él no te dejara resaca.
ResponderEliminarLa humanidad gasta inmensas cantidades de dinero y de tiempo tratando de llenar el vacio que tiene adentro. Por medio de las amistades, los deportes, el estudio, el trabajo, vacaciones, dinero, etc, tratamos de llenar el vacio que llevamos y que solo Dios puede llenar. Nosotros mismos como humanos no podemos crear la felicidad verdadera. La felicidad verdadera solo viene de Dios. El me ha dado felicidad y una paz tan grande. Para mi es reconfortante saber que estoy en sus manos y que no tengo que afanarme por el manana.
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